En algún post muy lejano escribí una vez, que de mis palabras favoritas una de ellas era utopía.
Paso que cambié de parecer y dejé de preferir lo deseable imposible, y en cambio ahora pienso lo imposible como la trampa de un discurso esencialista.
Claramente existen cosas poco probables de suceso, como por ejemplo un tigre cantor o un hombre que vuele a la luna con el esfuerzo de sus propios brazos. Pero en cambio desear educación para todos, reivindicaciones de género y de minorías, salarios dignos, crimen y castigo, entre miles de otras cosas, no es desear en vano. Mucho menos para aquellos que en lugar de andar deseando, andan haciendo del espacio en el que viven un lugar para todos, con mas igualdades.
Hoy mas que nunca compañeros, "Hasta la Victoria siempre" y que se prenda la mecha de la esperanza.
Y que arda
miércoles, 21 de abril de 2010
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