De mis sentidos preferidos: el tacto y la mirada.
El primero por lo aspero, lo suave, lo helado y maleable.
El segundo por lo rojo y el mar, lo azul y la luna.
El primero por el estremecimiento del cuerpo y el roce.
El segundo por la perturbación y la desnudez.
Ambos tienen algo de dificultad y disfrute.
No está permitido tocarlo todo.
No siempre es posible la mirada infinita.
Hay cosas que no queremos tocar.
Otras que nos negamos a ver.
Cuando confluyen todos los permisos,
todos los deseos y todas las posibilidades,
tocamos y miramos sin discreción.
Hay un tiempo en el que se cruzan las fronteras.
El primero por lo aspero, lo suave, lo helado y maleable.
El segundo por lo rojo y el mar, lo azul y la luna.
El primero por el estremecimiento del cuerpo y el roce.
El segundo por la perturbación y la desnudez.
Ambos tienen algo de dificultad y disfrute.
No está permitido tocarlo todo.
No siempre es posible la mirada infinita.
Hay cosas que no queremos tocar.
Otras que nos negamos a ver.
Cuando confluyen todos los permisos,
todos los deseos y todas las posibilidades,
tocamos y miramos sin discreción.
Hay un tiempo en el que se cruzan las fronteras.
5 comentarios:
mmm.. si.. me parece muy dificil dejar afuera el oido... eso de escuchar me parece facinante... como las cosas cambian segun quien lo diga y como..y como las cosas cambian una vez q nos escuchamos decir... si, si.. fascinante.
Hermoso Viki, y me dejás pensando en eso de que "hay un tiempo en el que se cruzan las fronteras", es ese preciso instante en que todo parece posible, aunque después ya no lo sea y las fronteras estén ahí otra vez, aunque los colores y la tibieza queden plasmados para siempre. Un abrazo.
"No hay peor ciego que el que no quiere tocar" KIKE
Ali: concuerdo con la fascinación que provoca la palabra. Lo que me pasa con el oído es que no hay filtro, es un sentido sin clausura, siempre permanece alerta.
Mabel: las fronteras son complicadas y maravillosas. Una vez que se las cruza no hay marcha atras. Se puede hacer caso omiso al paso, pero no volver. Los colores y las tibiezas quedan ahi, sobre la linea.
Kike: eso, eso, eso
En realidad uno puede tocar con la mirada y ver con la piel, hay que probar hacerlo!
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