sábado, 14 de agosto de 2010

Atrapada y sin la red

Pasé tres días sin internet en casa.
La noche.
Lejos de aspirar a la vida bucólica y el aire puro de la desconexión, curto lo que una amiga llamaría "estilo urbano" que resulta incompatible con la falta de internet.
Durante mi carencia pensé en esto y en el modo en el que uno estructura sus hábitos considerando las delicias de la web: desayunar leyendo mail, actualizar los blogs, leer los diarios, escribir a algún/a amigo/a para ponerse al día, gestionar cosas del laburo, etc.
Solo por decir lo mínimo.
Tres días fueron para mí algo similar a un viaje zen para encontrarme en relación con el universo. Como no es algo que desee ahora, imaginense.
La depresión fue tan grande que de haber sido hombre hubiese dicho que llevaba una barba de tres días, pero como me había depilado un día antes no corrí ese riesgo
Afortunadamente el técnico vino ayer en la mañana y cambió mi día y el modem.
Cuando se fue decidí abrir las ventanas, cerrar el luto y volcarme al ajetreado mundo de la red.
Retomé la canción de Los Gatos y murmuré:
"Con mi compu yo me iré a naufragar, a naufragaaaaarrrrr..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy internauta!pero sí, somos bichos de las telecomunicaciones!
besos
lu