Hoy volvía de la oficina a contramano de los oficialistas que marchaban hacia el congreso. Me detuve a verlos, leí sus banderas, escuché sus cantos. Pude comprobar que eran felices tras la consigna partidaria que los protegía, llevaban en las manos el aval de su alegría.
Seguí mi ruta y mas adelante encontré un afiche que rezaba "No destruyamos el corazón de la Argentina", acompañado por una enorme foto de hectáreas sojeras. Se me vinieron a la cabeza postales de Tucuman, una ruta 38 pintada de cañas de azúcar, un camino a San Pablo sabor frutilla, un cruce interpueblos con agrio limón. En mis años -que son algunos- estos fueron los cultivos de mi provincia. La soja vino después y hoy alimenta, abundantemente, solo a unos cuantos.
Pero este no es el punto al que quería llegar, sino otro.
El tema es que el conflicto campo/gobierno anula la posibilidad de los matices. El binarismo fervoroso de la situación impide la reflexión profunda. Nadar las aguas, sin evaluar ningún terreno. La consigna parece ser clara "o de un lado o del otro".
Si tengo que elegir, digo no a los muchachos chacareros; pero si también se me permite decir, digo que la señora presidenta debería moderar los tonos, medir un poco las palabras, ser quizás mas estratega. La verdad es que no soy partidaria de los bandos definidos, no me gusta pensar en el negro o el blanco como únicas posibilidades, no creo que solo seamos campo o gobierno.
Seguí mi ruta y mas adelante encontré un afiche que rezaba "No destruyamos el corazón de la Argentina", acompañado por una enorme foto de hectáreas sojeras. Se me vinieron a la cabeza postales de Tucuman, una ruta 38 pintada de cañas de azúcar, un camino a San Pablo sabor frutilla, un cruce interpueblos con agrio limón. En mis años -que son algunos- estos fueron los cultivos de mi provincia. La soja vino después y hoy alimenta, abundantemente, solo a unos cuantos.
Pero este no es el punto al que quería llegar, sino otro.
El tema es que el conflicto campo/gobierno anula la posibilidad de los matices. El binarismo fervoroso de la situación impide la reflexión profunda. Nadar las aguas, sin evaluar ningún terreno. La consigna parece ser clara "o de un lado o del otro".
Si tengo que elegir, digo no a los muchachos chacareros; pero si también se me permite decir, digo que la señora presidenta debería moderar los tonos, medir un poco las palabras, ser quizás mas estratega. La verdad es que no soy partidaria de los bandos definidos, no me gusta pensar en el negro o el blanco como únicas posibilidades, no creo que solo seamos campo o gobierno.
Pero el asunto lleva meses y así vamos, ahora al senado y sigue.
2 comentarios:
Sabia reflexión, los grises existen!
Muy bueno lo que pusiste Viky, la verdad es que yo pienso como vos, sé que nunca voy a estar del lado de los señores chacareros. Cada elección que hay recibo el cuestionamiento de casi todo el mundo porque yo no voto, no creo en esta democracia, y todos me dicen que no me comprometo y millones de argumentos excedidos en estupidez. Sin embargo, hoy a pesar de que me tilden de K digo no a los del campo, tal vez sea una cuestión histórica, porque históricamente esta gente estuvo en contra del pueblo, porque demostraron sentirse los dueños del país, porque extorsionan, porque apoyaron a Menem, porque se enriquecen sin cesar y no creen en la redistribución, y porque el próximo corte de ruta que no sea de ellos, van a volver a mandar a la cana para que les liberen la circulación. Hoy estoy enojada con los gorilas y con la gente que siente que perdió el gobierno y triunfó el campo. Ojalá el campo alguna vez triunfe, sabemos que esta vez no, porque el campo no es Buzzi, no es De Angeli, no es Reuteman. Un abrazo amiga, esto podría ser mucho más extenso todavía.
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