sábado, 18 de septiembre de 2010

...luego existo

Con lo que uno siente pasa siempre igual, que lo siente hasta que deja de sentir y ya.Es como el juego que se le hace a los bebés: ahora tá, ahora no ta´(con el tonito típico, conocen).
No estoy hablando de ningún sentir en particular, la teoría es aplicable -por lo menos- a todas las cosas que alguna vez pude sentir: sueño, amor, miedo, hambre, bronca, dolor, tristeza, emoción, nervios, cansancio, alegría, hastío, malhumor, buen humor, día de sol o todo oscuro. En fin, que la lista podría seguir.
Hubo alguien que llegó a decir que el sentimiento es pura imposibilidad de dejar de sentirlo, por tanto se traduce en padecimiento que no se agota. Razón tenía, me di cuenta cuando pasé de mi mentado dolor de muelas a un dolor de tobillo insoportable que inmediatamente devino llanto, compatible con la tristeza que se esfumó en el momento en que me dio alegría escuchar la llave que abría la puerta y me vino un hambre voraz que una vez saciado me provocó sueño. Durante la noche es asunto de Freud y al otro día me desperté emocionada porque había sol y...
Desapareció el cogito?
Siento que puede que sí.

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