Declaro que no voto y que no voy a hacerlo.
Se de memoria que en un país marcado por las dictaduras militares, la posibilidad de votar es un triunfo que no se puede subestimar.
Pero, como no creo en el sistema electoral ni en la forma de elegir a los representantes, no me molesto en hacerlo y tampoco siento culpa.
Prefiero el ausentismo al voto en blanco, porque el voto de la mayoría no representa más que eso, el voto de la mayoría. Y el voto directo no debería utilizarse para la elección de nuestros gobernantes, sino para la decisión de aceptar o no aceptar las medidas que toman esos gobernantes.
Podrán decir que lo mío es desinterés y que por gente que actúa como yo, las cosas siguen como siguen, y que es más fácil escribir en un blog haciendo la contra, que intentar cambiarlas desde adentro. Yo también lo creo, pero no encuentro la manera de hacerlo distinto, además necesitaría más gente.
Lo cierto es que este monstruo es grande y ya sabemos cuan fuerte pisa.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo con vos, comadre. Yo tampoco voto y no creo que eso me ubique en una posición facilista. Para nada, trabajamos día a día para que las cosas cambien en serio. Será por eso que no creemos en esta gran mentira llamnada elecciones. Me sumo a usted, comadre. Abrazo.
Si ya somos dos, podemos entonces pensar en hacer algo, no? Retomemos el PCF Mabel, esa era una gran campaña. Abrazo
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