domingo, 4 de mayo de 2008

Confesión casi banal

¨Y con la melodía en el alma, la diosa echó a danzar...¨

Suave,
primero un hombro hacia abajo, luego el otro.
La cabeza acompaña el movimiento, gira, gira.
Los ojos siempre cerrados.
Lento, muy lento,
apenas leve el deslizar

Cada uno tiene sus maneras, a mi siempre me gustó bailar así después de una tarde de domingo que se va sin más.

1 comentario:

kike dijo...

Despídelo como quieras. Pero para mí el domingo es un día que se va con una bala en la cabeza.