Hace dos días que no veo al gato.
No me había dado cuenta -sino hasta hoy- que ya formaba parte del cotidiano.
El gato es un gato normal, sin fu ni fa.
Su encanto está en la manera en la que -todas las mañanas- recibe el sol.
Llega atravesando todos los techos de la cuadra y se acomoda -orondo- contra la pared.
No podría decir cuanto tiempo se queda así, inmóvil, dormitando apacible.
Solo tengo la certeza de que hace dos días que el gato ha modificado su rutina.
Pienso que quizás no vuelva hasta que pase el invierno.
Definitivamente Don Julio tenia razón, "el frío - siempre- complica las cosas"
jueves, 22 de mayo de 2008
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5 comentarios:
Mejor que ya no este en el techo, los gatos son feos y malos.
me gusto mucho lo de cucharita.
besos ratina
me tomo el atrevimiento de desvirtúarte apenas el post, que buen relato "no se culpe a nadie", y también hay un gato metido por ahí!
Saludos
el gato mio(eso de mio es un decir) se va por muchos dias.A veces hasta meses. Sospecho que debe tener dos casas el muy infiel...
me encantó el post. Qué gato ese gato, eh.
Ratita: la verdad es que al gato andolo extrañando, a mi me gustaba verlo cada mañana, eramos cumpas del alba.
Cañete: coincido, "No se culpe a nadie" es un buen cuento.
Fabian de Mar del Plata: deje que el gato ande libre, si vuelve es porque le gusta su cobacha. A lo mejor le pasa lo que a Lennon con aquel fin de semana, se le hace largo.
Elephantaire: el gato es uno que anda por mi barrio, no podria decir cual es su nombre, así que yo lo llamo "el gato" sin mas
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