lunes, 20 de abril de 2009

Un ángel para tu soledad

Ya sufriste cosas mejores que éstas
y vas a andar esta ruta, hoy,
cuando anochezca.
Tu esqueleto te trajo hasta aquí
con un cuerpo hambriento, veloz
y aquí ¡gracias a dios!
uno no cree en lo que oye.
Ángel de la soledad
y de la desolación
preso de tu ilusión vas a bailar,
a bailar... bailar.
Es tan simple, así
(no podés elegir)
Claro que no siempre, ves?
resulta bien.
Atado con doble cordel
(el de simular),
no querés girar maniatado,
querés faulear...
y arremolinar.
Medís tu acrobacia y saltás.
Tu secreto es:
-la suerte del principiante
no puede fallar.
Alguna vez, quizá, se te va la mano
y las llamas en pena,
invaden tu cuerpo
Y caés en manos del ángel de la soledad
y él ¡gracias a dios!
tampoco cree en lo que oye.
Ángel de la soledad
y de la desolación,
preso de tu ilusión
vas a bailar, a bailar...bailar.
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
(y en un auto, cantábamos alocadas nuestra juventud y nuestra tristeza)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

esa era mi cancion

ioqui dijo...

en qué auto???...me trajo grandes recuerdos de noches de soledad (y a veces no tan solitarias, como las de ahora ja...)...por suerte sigo sin creer en lo que oigo, ni en la soledad, que nunca me sentó bien, ni fue tan solitaria como yo creía (y hasta a veces deseaba...)
"Alguna vez quizás se te va la mano" Mido mi acrobacia y salto!! Saluteee!!

Ana dijo...

Pude haber estado en aquel auto??? Si, si, demasiada juventud y demasiados raros peinados nuevos..cómo olvidarlo.