Paro de subtes.
Gran excusa, gran para prolongar la caminata.
Yupi!
Observo con detenimiento el color de las calles, la forma de los árboles, el azul del cielo.
Escucho, sigilosa, el ruido de los autos, el ronroneo matutino de los gatos de la cuadra, el andar de la gente.
Escucho otra vez el andar de la gente.
Escucho constante el andar de la gente.
Todos marchan y yo también.
La diferencia está en la suela.
Nunca me gustaron los zapatos con ruidito.
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2 comentarios:
Que lindo post!
Me encanto
Yo agarré el auto y desparramé a la familia, entre los coches parados volví a sentir que la civilización moderna no tenía sentido...
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