Que circule poesía es la consigna.
Que las palabras y sus juegos no nos sean ajenas.
Que sorteemos sus peligros y sus trampas.
Que se mezclen los sonidos, los significados, las mayúsculas en las minúsculas, los tiempos verbales, los pronombres, las conjugaciones.
Que nos animemos a decir todas las formas, con todas las letras.
Que osemos romper la timidez de creer que las palabras siempre las dicen los otros.
Que quebremos los órdenes gramaticales impuestos.
Que la letra sea un bien común, un recurso siempre renovable, un alimento no perecedero.
En suma; que no, nadie, nunca, nos, impida.
2 comentarios:
Doy mi firma para ese manifiesto.
Me adhiero Viky querida... Estamos en eso, pasito a paso.
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