Una de las cosas que más me gusta hacer cuando estoy en la calle es mirar los grafittis. Resulta interesante descubrir y apreciar el arte de ciertos creativos callejeros que dejan por la ciudad sus diferentes mensajes.
La diversidad de grafittis es sorprendente y estimulante: desde las reivindicaciones ("Aquí la cumbia se respeta"), hasta las mas tiernas muestras de cariño ("Buen día Lu!"), pasando por la cultura cannabis (y las hojas de finas hierbas patrullando la ciudad) y las malditas esvásticas (que todavía se dibujan y se veneran y sino que me dicen del muchachito Zárate); la gama resulta infinita y ya existen quienes crearon archivos, hicieron muestras y escribieron libros al respecto.
Esta tarde en el bondi leí sobre la marcha un desprolijo "Maldita rutina". Se parecía mas a una catarsis que a un producto pensado para perdurar. Me imaginé por un momento a su autor o autora, caminando con el peso abrumador del aburrimiento, hastiad@ de su trabajo, su sueldo, su pareja; sobrepasad@ de deudas y con solo un aerosol en el bolsillo, la pared limpia y el aliento esperanzador de poder descargar la mufa.
MALDITA RUTINA y habrá seguido caminando sin que las cosas cambien, anque mas livian@.
(Una vez yo rompí una copa y funcionó)
La diversidad de grafittis es sorprendente y estimulante: desde las reivindicaciones ("Aquí la cumbia se respeta"), hasta las mas tiernas muestras de cariño ("Buen día Lu!"), pasando por la cultura cannabis (y las hojas de finas hierbas patrullando la ciudad) y las malditas esvásticas (que todavía se dibujan y se veneran y sino que me dicen del muchachito Zárate); la gama resulta infinita y ya existen quienes crearon archivos, hicieron muestras y escribieron libros al respecto.
Esta tarde en el bondi leí sobre la marcha un desprolijo "Maldita rutina". Se parecía mas a una catarsis que a un producto pensado para perdurar. Me imaginé por un momento a su autor o autora, caminando con el peso abrumador del aburrimiento, hastiad@ de su trabajo, su sueldo, su pareja; sobrepasad@ de deudas y con solo un aerosol en el bolsillo, la pared limpia y el aliento esperanzador de poder descargar la mufa.
MALDITA RUTINA y habrá seguido caminando sin que las cosas cambien, anque mas livian@.
(Una vez yo rompí una copa y funcionó)
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