martes, 3 de marzo de 2009

Desde mi ventana

Esta vez las vistas son de adentro hacia afuera y la ventana es la propia.
Las flores son alegrías que decaen cuando hay sequía o descuido, pero ahí mismimito reviven si uno se acuerda de ponerles agua. Las mariposas son nuevas y deseo perduren largo rato.
Me reservo el movimiento interno de la casa porque soy celosa de mi intimidad; pero se podría jugar con el espejo que hay enfrente y esa otra ventana que será siempre el doble y el mismo.
Además me perturba esa reja, completa y sombría y es la hora de la siesta.
Pena que en la foto no se escuche el eco del flash y la voz que repite arriba el sol, arriba el sol, arriba el sol, así tres veces.

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