sábado, 14 de marzo de 2009

Flash, flash, flash

He observado que hay cierto tipo de turistas que en el afán de capturarlo todo con el lente de sus cámaras dejan de contemplar el foco al que le apuntan y simplemente disparan (flash, flash, flash).
El goce está en la poseción del aparato, en la situación de superioridad con la que se posicionan frente a aquello que ven a través del mismo.
Leí alguna vez que la cámara suele ser una prolongación del pene, una manera de pene-trar en ciertas cosas. Pero además, en estos turistas, me da la sensación de arma con la que puede ejercerse violencia.
Apuntar, disparar y capturar (flash, flash, flash).
No me gustan los turistas consumistas, aunque esto atente contra la economía de cualquier país.

1 comentario:

ioqui dijo...

En Colombia sentía que andaba con mi pitito suelto jajaj..no sé de dónde salió, pero se vino conmigo jajaj a tucumán. a veces trato de esconderlo, para no andar penetrando a la gente por ahí.
De todos modos, siempre llegaba a un lugar y primero miraba con los ojos de ver todo-todo, íbamos con calma. Al tercer día, cuándo ya sabía perfectamente qué es lo que quería capturar, empezaba a disparar...pero evitaba los flashes, me parecen poco auténticos, iluminan demasiado, encandilan y asustan a las paredes.
No me gustan los flashes, elijo la luz natural, elijo la epsontaneidad de la foto a media luz, de la escena y la vida tal cuál es...