martes, 1 de junio de 2010

A toda máquina

Tengo un montón de cosas en mi cabeza, me dijo y desapareció.
Me quedé pensando en su insolencia y en la cantidad de cosas que también tengo yo.
Es imposible, resolví, intentar hablar con la propia conciencia de uno, lo que me sorprendió es que ella se ocupe de cosas que no son las mismas en las que me ocupo yo, o si?
Oh, oh, alguien está en problemas.
Si claro, la infeliz de adentro que no hace su trabajo y me deja el día entero, dale, que dale a la manivela.
De forma catártica decidí escribir este post.
Uffff.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenisimo! A veces suele ser dificil ponerla en "su lugar"??!! Erika H.