Cada vez que vuelvo a Tucumán, no deja de sorprenderme el ya paso por ahí, me doy una vueltita, te toco el timbre. Las ganas de encontrarse no tienen que ver solamente con las cercanías geográficas sino también con esa predisposición natural por juntarnos.
Digo que el fenómeno es en Tucumán y de tucumanos, no en todos lados pasa, no en todos lados lo hacemos pasar. Es el aire de la provincia, el clima subtropical y el aroma de los azahares.
Pena me da que en esta tierra tan dulce y verde, la derecha recalcitrante tenga tanto peso, bronca me da que las movilizaciones contra el matrimonio gay sean tan convocantes (y no hablo solo por Tucumán), asco me da que la gente apoye a Domingo Antonio Bussi, a sabiendas de sus genocidios.
Esta provincia que me vio nacer, sabor a miel de caña, también lleva por marca la crueldad de los que se piensan dueños de la tierra.
1 comentario:
en facebook existe una manito que dice me gusta!! aca te lo escribo!!
muy bueno viki
ya volveré!
lu
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