sábado, 26 de junio de 2010

La policía no baila

Llegando al límite que divide Santa Fe de Buenos Aires, nos paró Gendarmería.
El operativo fue rápido, aunque fastidioso: los gendarmes revisaron la bodega del colectivo y luego nos pidieron identificaciones a cada uno de los pasajeros. Si bien el asunto no tuvo nada extraordinario, me molestó profundamente esa intervención.
Entiendo que sea solo rutina, sin embargo me parece insensato que uno deba identificarse frente a un hombre que carga un arma; avasallante la forma en la que se presentan y exponen su autoridad; innecesario e invasivo el modo en que los ciudadanos somo obligados a reportarnos frente a un organismo que en lugar de generar tranquilidad, siempre nos da inseguridad.
Que quieren que les diga: el ejército, la gendarmería y la policía son para mi figuras inquietantes, siempre sospechosos del compromiso ciudadano.

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