No se muy bien cual es el encanto de esta imagen.
Caminábamos por Valldemosa (Mallorca) pensando en el marketing excesivo que tenía la tan mentada -como breve- estadía de Chopin y George Sand en el lugar y así, entre gallos y medianoches, dimos vuelta la equina.
El pasillo estrecho, el farol en lo alto, las tejas detrás y mas atrás todavia, las montañas. Dentro de la casa la ropa tendida, a mis costados las ventanas cerradas. Hacía calor.
Pedí que en la fotografía apareciera todo -incluidos los cables de luz.
Me gusta la composición, esa cosa de finitud que se quiebra en el verde telón.
La sensación de que el atasque no es tal.
Además, si se toma hacia la izquierda hay escaleras.
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